Entonces miró por la pequeña ventana y vio un lugar de adentro.
Había rosas, begonias, frisias, azucenas...
para los días luminosos
Para los días de tormenta y rabia había romero, caña de limón,
tomillo, calendula ...
Y para los días de otoño en los que una busca profundidad de la tierra
había helechos, artemisa, berodes,
cardones
magarzas, tabaibas.
Plata 930/1000
esmalte al fuego